El caballero negro (que también responde al nombre de ¡eh tú!) envía la siguiente noticia tomada de la BBC:
Según un artículo publicado el 24 de abril de 2007 un grupo de científicos estadounidenses ha abierto el camino hacia el desarrollo de un “ojo biónico”, utilizando electrodos para estimular una zona del cerebro que procesa la información visual.
Los resultados obtenidos en monos, que se publicaron en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, incrementan las posibilidades de que personas con enfermedades como el glaucoma recuperen la vista algún día con un ojo protésico.
Sin embargo, los expertos advierten que sería muy complicado implantar suficientes electrodos como para crear una imagen completa en la mente.
Durante años, los investigadores han buscado diversas formas de devolver la visión a las personas que se han quedado ciegas por un accidente o por enfermedades como la degeneración macular. En estos pacientes, el ojo ha dejado de funcionar, pero los centros visuales del cerebro están intactos. El objetivo, en estos casos, es ignorar el ojo y estimular las partes visuales del cerebro para recrear una imagen en la mente.
El equipo utilizó monos con una visión normal para comprobar si era posible producir una señal visual estimulando una zona del tálamo. Para ello, primero entrenaron a los monos para mirar hacia puntos de luz que se iluminan de repente y, a continuación, implantaron uno o dos electrodos muy finos en la zona apropiada de su cerebro para ver cómo reaccionaban. De este modo, observaron que los monos movían la mirada como cuando aparecía un punto de luz.
Según el director de la investigación, el Dr. John Pezaris, de la Harvard Medical School, este experimento es un paso importante, pero la principal dificultad para una prótesis en humanos es que habría que implantar muchos más electrodos. "Tendríamos que incrementar unas 100 veces el número de electrodos para que pudiera ser útil en pacientes".
Además, señaló que los electrodos deberían trabajar conjuntamente para que los pacientes pudiesen distinguir patrones y, por tanto, imágenes completas. La idea es que algún día un paciente lleve una serie de lentes especiales con una diminuta cámara digital. Un procesador de señales externo traduciría la imagen de la cámara a impulsos y los transmitiría de forma inalámbrica a un estimulador implantado en el cerebro, que crearía las imágenes para el sistema visual.
Los resultados obtenidos en monos, que se publicaron en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, incrementan las posibilidades de que personas con enfermedades como el glaucoma recuperen la vista algún día con un ojo protésico.
Sin embargo, los expertos advierten que sería muy complicado implantar suficientes electrodos como para crear una imagen completa en la mente.
Durante años, los investigadores han buscado diversas formas de devolver la visión a las personas que se han quedado ciegas por un accidente o por enfermedades como la degeneración macular. En estos pacientes, el ojo ha dejado de funcionar, pero los centros visuales del cerebro están intactos. El objetivo, en estos casos, es ignorar el ojo y estimular las partes visuales del cerebro para recrear una imagen en la mente.
El equipo utilizó monos con una visión normal para comprobar si era posible producir una señal visual estimulando una zona del tálamo. Para ello, primero entrenaron a los monos para mirar hacia puntos de luz que se iluminan de repente y, a continuación, implantaron uno o dos electrodos muy finos en la zona apropiada de su cerebro para ver cómo reaccionaban. De este modo, observaron que los monos movían la mirada como cuando aparecía un punto de luz.
Según el director de la investigación, el Dr. John Pezaris, de la Harvard Medical School, este experimento es un paso importante, pero la principal dificultad para una prótesis en humanos es que habría que implantar muchos más electrodos. "Tendríamos que incrementar unas 100 veces el número de electrodos para que pudiera ser útil en pacientes".
Además, señaló que los electrodos deberían trabajar conjuntamente para que los pacientes pudiesen distinguir patrones y, por tanto, imágenes completas. La idea es que algún día un paciente lleve una serie de lentes especiales con una diminuta cámara digital. Un procesador de señales externo traduciría la imagen de la cámara a impulsos y los transmitiría de forma inalámbrica a un estimulador implantado en el cerebro, que crearía las imágenes para el sistema visual.
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