Un equipo internacional prepara media docena de cámaras especiales y espaciales que captarán las imágenes de 300 millones de galaxias, con el fin de determinar la naturaleza de la materia oscura. Además tomará datos de supernovas lejanas (lo que nos informará sobre a qué distancias se encuentran esas galaxias), de los grupos de galaxias a gran escala y su abundancia, y sobre la curvatura de la trayectoria de la luz que provocan. Estas cámaras están siendo fabricadas en EEUU (en Fermilab, Chicago) por numerosos especialistas y se llaman Dark Energy Cameras. Una de ellas estará lista para el año que viene y los astrónomos captarán con ella 300 millones de galaxias.
Josh Frieman, director del proyecto DES, explicó en el Centro Pedro Pascual de Benasque (Huesca): “ La energía oscura tiene dos efectos en los que nos basaremos para investigar su naturaleza: acelera la expansión del Universo y modifica la velocidad a la que se forman las galaxias, y esto, a su vez, afecta al número de galaxias y a su distribución en el espacio. Así pues, contando las galaxias y midiendo su distribución obtendremos pistas sobre qué es.”
Esa aceleración fue la primera pista sobre la existencia de la materia oscura hace unos doce años. Sin saber esto, la cosmología afirmaba que el Universo se expandía desde hace 13.700 millones de años y cada vez lo hacía más despacio debido a la atracción gravitatoria. Pero en 1998 se descubrió que pasaba justo lo contrario: que el cosmos se expande cada vez a mayor velocidad. En los primeros 8.000 millones de años la expansión se fue ralentizando pero después empezó a acelerarse. “La respuesta está en la energía oscura, una misteriosa fuerza antigravitatoria. Durante esos primeros 8.000 millones de años predominaba la gravedad, pero a medida que se fue expandiendo, disminuyó esa fuerza y ganó la energía oscura, fuerza repulsiva superior a la atracción de la gravedad que provoca la separación de las galaxias.” Explica Kristine Crane en la revista Symmetry.
Encontramos, además de esta última hipótesis, la de la constante cosmológica de Albert Einstein que él mismo rechazó por la repulsión gravitatoria, y la de una dimensión espacial extra para acelerar la expansión.
“ Vamos a cartografiar la distribución de las galaxias desde la situación actual hasta el universo de cuando tenía unos pocos miles de años” dice Joe Mohr en Symmentry. Los cosmólogos ya tienen mapas del Universo cuando tenía 380.000 años, y el último sacado ha sido por el telescopio Planck, de la Agencia Europea del Espacio. Y gracias al estudio de la radiación de ese universo primitivo ha sido posible saber que el 72% es energía oscura, el 23% es materia oscura y el 5% materia ordinaria.
La cámara DES (en la que han participado 120 expertos de EEUU, Brasil, Reino Unido y España) cuesta 39 millones de euros y tiene 74 detectores CCD (cada uno 3x6 cm) montados sobre una placa de medio metro de diámetro. Para ver la luz infrarroja los sensores funcionarán a cien grados bajo cero. Cuando esté terminada se instalará en un telescopio en Chile.
Las instituciones de la Universidad Autónoma de Madrid, el Instituto de Física Altas Energías (Barcelona) y el Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña participan en este proyecto, encargándose de la electrónica de transmisión de señales desde los CCD al registro de datos y parte del sistema de criogenia. Además de participar en este proyecto, están creando otra cámara similar a la de DES, que tendrá mayor resolución y mayor número de filtros. A los científicos se les ha ocurrido otras estrategias para abordar la energía oscura, como estudiar el efecto BAO (oscilación acústica bariónica) y en EEUU están diseñando otro detector específico.
Aquí os dejo un enlace sobre un vídeo del mapa del Universo sacado hace unos días por el telescopio Planck.
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